NO ES LO MISMO SER QUE ESTAR
Efectivamente, cuando las cosas se hacen bien,no es lo mismo… es distinto
21 de octubre de 2014
Hace unos años, en pleno debate sobre la fusión de las cajas de ahorro, escuché a un destacado político…
Hace unos años, en pleno debate sobre la fusión de las cajas de ahorro, escuché a un destacado político de Galicia argumentar sobre la importancia que tiene para un entramado socioproductivo disponer de un banco con sede en ese territorio. Hablaba este político en primera persona de que las ventajas de disponer de «línea directa» con el máximo responsable de esa entidad bancaria garantizaba sensibilidad y responsabilidad hacia las necesidades financieras de las empresas afincadas en la comunidad autónoma.
Cuando hablamos de empresas multinacionales con centros de trabajo en Galicia, tener el órgano de decisión es sencillamente imposible y de esto en Vigo saben mucho. La experiencia nos viene demostrando que es vital la participación de «gente de aquí» en los órganos de decisión de las compañías multinacionales para que las decisiones adoptadas no perjudiquen los intereses gallegos.
Desde hace unos años, la crisis nos ha deparado multitud de operaciones de compra, fusión, absorción… de empresas gallegas «de toda la vida»; operaciones que se plantean desde la óptica de aprovechar el posicionamiento en el mercado de la empresa comprada, pero que en la mayoría de los casos implican el traslado del centro de decisión fuera de nuestra fronteras. El efecto de este traslado es especialmente grave para Galicia: por un lado, pone en riesgo el compromiso de la empresa con los proveedores locales que podrían ser reemplazados por proveedores de fuera de Galicia; por otro, suele suponer un desmantelamiento de las estructuras de dirección de la compañía comprada. En definitiva, significa llevarse por delante a directivos y mandos que en muchos casos han demostrado su valía profesional. Pero el criterio económico manda y las inversiones hay que pagarlas, muchas veces por la vía de la amortización de puestos directivos que se solapan con la organización compradora. Además, normalmente quien compra siempre deseará colocar «peones» de su confianza en los puestos de responsabilidad que queden en el territorio.
Llegados a este punto y como todo en la vida, las cosas se pueden hacer bien o simplemente se pueden hacer… Y se suelen hacer bien cuando a pesar de tener que prescindir de personas, eres capaz de ilusionar a los que se quedan con un nuevo proyecto profesional en una empresa, que con toda probabilidad va a ser más fuerte y va a tener un mejor posicionamiento en el mercado.
Desgraciadamente, todos conocemos ejemplos de lo contrario, de gente que te dice «si lo hubieran querido hacer peor, no lo habrían conseguido». Y los resultados están ahí: personas desmotivadas, equipos desalineados con el proyecto, fuga de talento… Ya lo cantaba Alejandro Sanz cuando nos decía:
«No es lo mismo ser que estar,
no es lo mismo estar que quedarse, ¡que va!
Tampoco quedarse es igual que parar,
no es lo mismo.
Será que ni somos, ni estamos,
ni nos pensamos quedar,
pero es distinto conformarse o pelear.
No es lo mismo… es distinto».
Efectivamente, cuando las cosas se hacen bien, no es lo mismo… es distinto
Andrés Alonso Seisdedos
Socio director Bexmanagement.es