DEL OCIO AL NEGOCIO
¿Hacemos negocio?
22 de septiembre de 2017
En cualquier faceta de la vida, cuando las cosas suceden de una forma natural suelen ser más fáciles de entender y de encajar, es como que pasan porque tienen que pasar y por lo tanto no las cuestionamos.
En cualquier faceta de la vida, cuando las cosas suceden de una forma natural suelen ser más fáciles de entender y de encajar, es como que pasan porque tienen que pasar y por lo tanto no las cuestionamos.
En estos últimos años y casi de una manera inconsciente he tenido la suerte de que mis momentos de ocio y mis momentos de negocio han caminado juntos, incluso se han mezclado. Cuando iniciamos cualquier negocio o ponemos en marcha un proyecto, necesitamos compartirlo con otras personas, buscar socios, apoyos, financiación; en resumen, debemos conseguir que se lo crean y que deseen formar parte él. Esto depende de muchos factores, pero sobre todo destacaría dos: el primero es evidente y no es otro que la validez y viabilidad de la idea. Este factor depende totalmente de nosotros, de nuestra creatividad y visión de futuro; pero el segundo, es la capacidad de seducción, de conseguir romper la barrera de la confianza y lograr que nuestra idea enamore a nuestro interlocutor y se suba con nosotros al tren.
Esta segunda parte no es fácil, y debemos buscar escenarios y situaciones que trasformen ese momento crítico en el que debemos trasmitir nuestro proyecto y convencer, en algo que sucede de forma natural. Creo que la mejor manera de lograr esta magia es compartiendo una afición, disfrutando de un ocio común. Seguro que infinidad de ideas formidables quedan en el tintero por no trasladarlas de la manera adecuada ni en entorno adecuado y por eso debemos darle mucha importancia a como las comunicamos.
El deporte es un aliado perfecto: nos permite conocer a nuestro interlocutor, nos deja mostrarnos como somos, ser generosos, amables, empatizar, compartir, ser nuestra mejor carta de presentación. A través del deporte podemos acercarnos a la otra parte y poner en valor nuestras fortalezas.
Si somos capaces de tener una buena idea, trasmitirla con cierta convicción y hacerlo en un entorno positivo y agradable para las dos partes, tenemos muchas posibilidades de alcanzar nuestro objetivo.
Suso Súarez Castro
Socio de Bexmanagement.es