LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO. LA RETRIBUCIÓN EMOCIONAL.
Cuando nos educaron, nos trasmitieron la idea de que el éxito consistía en ser el número uno, en tener la mejor formación,
optar al mejor contrato e intentar ser siempre un referente en lo que hiciéramos. Si seguíamos sus instrucciones, podríamos elegir la empresa en la que querríamos trabajar, la ciudad en qué vivir, ganaríamos un montón de dinero, seríamos muy felices y gozaríamos del reconocimiento de la sociedad.
No todo valía: este objetivo había que lograrlo siendo personas, demostrando unos profundos valores y nunca a costa de los demás. La receta era dedicación plena y esfuerzo sin límites: trabajar de sol a sol y no dedicar tiempo a nuestras aficiones eran comportamientos aplaudidos y ejemplificadores.
Pero las cosas han cambiado y el significado de la palabra éxito ya no es el mismo. Trabajar fuera del horario normal puede delatar ineficiencias. Saber gestionar nuestro tiempo y proteger nuestra vida personal nos permitirán disfrutar más de la vida y ser más productivos en el trabajo.
En el mundo de la empresa, retener el talento es un objetivo al que no podemos volver la espalda. Y para ello, el clásico modelo retributivo que se sostenía exclusivamente sobre la remuneración monetaria ya no es suficiente.
El concepto de retribución emocional, entendido como el conjunto de percepciones no económicas que el trabajador puede obtener en la empresa y que mejoran la imagen que tiene de la compañía es un elemento cada vez más valorado y necesario para fidelizar a los trabajadores e incrementar su productividad.
Las cosas han cambiado y, cada vez más, los trabajadores con mayor capacitación eligen dónde quieren trabajar. Esforzarnos en ofrecerles a los trabajadores beneficios que van más allá de lo económico nos ayudará a captar y retener el talento. Los beneficios sociales, la flexibilidad horaria, la conciliación familiar, la formación, el ocio en el espacio laboral, son conceptos que contribuirán a que nuestras empresas se hagan más atractivas y a que nuestros empleados se sientan orgullosos de trabajar en ellas.
Quizá la noción de éxito englobe hoy en día algo más que ser los primeros en nuestro trabajo, por eso, aunque estoy seguro de que todo lo que les escuché a mis padres tuvo su razón de ser y su momento, disponer de cierto equilibrio familiar, de actividades de ocio que nos satisfagan y de tiempo para ayudar a los demás nos hará mejores personas y nos convertirá, sin darnos cuenta, en empleados más competentes y comprometidos con nuestras compañías.
Suso Suárez – socio de Bexmanagement